Invasión de crudo canadiense a E.U., pone a México a la defensiva

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Canadá y México se enfrentan en una guerra de precios sobre quién abastecerá las refinerías de costa del Golfo de Estados Unidos con petróleo pesado.

El nuevo oleoducto Seaway Twin casi duplicará la cantidad de crudo pesado canadiense que llega a terminales y plantas del Golfo, hasta los 400 mil barriles por día a partir de enero, de acuerdo con ARC Financial Corp., con sede en Calgary.

Pemex amplió su descuento para los compradores estadounidenses en diciembre, el mayor desde agosto de 2013. En enero, la rebaja del Maya será de 3.70 dólares, desde los 90 centavos de noviembre. Voceros de Pemex no respondieron a varios correos electrónicos solicitando comentarios sobre la estrategia de la compañía.

Los envíos canadienses aumentaron 63 por ciento en cinco años a un récord de 3.1 millones de barriles por día en septiembre, de acuerdo con datos de la Administración de Información de Energía de Estados Unidos.

Según datos compilados por Bloomberg, el crudo pesado canadiense costará lo mismo en Houston que el Maya que arriba en camiones cisterna, incluyendo el costo de transporte.

Los productores latinoamericanos rebajarán su crudo para asegurarse que sigue siendo atractivo, estimó John Auers, vicepresidente ejecutivo de Turner Mason & Co., una firma de consultoría energética con sede en Dallas.

Mientras que los envíos canadienses han crecido, las importaciones procedentes de otros lugares han disminuido. Las refinerías estadounidenses recibieron 4.3 millones de barriles de crudo del resto del mundo en junio, la cantidad más baja desde 1992.

México envió 675 mil barriles de crudo pesado al día a las refinerías del Golfo de México en septiembre, por debajo de 835 mil para ese mismo mes en 2012. Los envíos venezolanos cayeron a 700 mil desde 900 mil.

Los envíos canadienses están creciendo incluso sin el oleoductoKeystone XL, un proyecto de 8 mil millones dólares que TransCanada Corp. quiere construir desde Hardisty a Steele City, Nebraska, y que enfrenta retrasos de seis años a causa de preocupaciones medioambientales.

El Keystone XL está a la espera de una decisión del Tribunal Supremo de Nebraska y luego enfrentará una determinación final por parte de la administración del presidente Barack Obama.

Fuente: www.elfinanciero.com.mx

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